domingo, 11 de diciembre de 2011

¿OTRA VEZ, GUILLERMO?…

   Día de ayer. Tren de la Costa, estación Libertador. Baño público.
 Estoy escuchando God of thunder, de White Zombie, en el MP3 mientras meo. Me lavo las manos. Hago caras frente al espejo. Termina el tema. Apago el reproductor.
   Una voz me habla desde el fondo del baño.
   —¿Tenés hora?
   Dios, cambiá el modus operandi, hijo de puta…
  Una paredcita separa los lavabos de los mingitorios y retretes. Retrocedo un paso para ver a mi interlocutor, sabiendo de antemano de quién se trata.
 Guillermo asoma la mitad del cuerpo desde adentro de uno de los sanitarios.
   Contacto visual. Repite.
   —¿Tenés hora?
   —¿Otra vez, Guillermo?… —le pregunto.
  Parece que no me escucha. O es uno de esos muñecos a los que les apretás la panza y dicen lo mismo una y otra vez. Se señala la muñeca.
   —¿Tenés hora?
   —¿Otra vez, Guillermo?… —repito.
   Cae.
   —¿Te conozco?
   ¿Te olvidaste de mí? Pensé que ya éramos amigos.
   —Comprate un reloj, Guillermo —le digo, y me río.
   Sonríe. Me da la impresión de que cada vez le faltan más dientes. Mira hacia un costado como pidiéndole explicaciones a la cámara. Creo que él también escucha las risas grabadas.
   Salgo del baño. Voy al patio de comidas. Me pido un té con leche y un tostado. Comienzo a escribir esto en mi cuaderno. «Creo que él también escucha las risas grabadas» me parece un buen remate. Pero no sé si esto terminará acá, porque pienso pasar por el baño antes de irme. Depende de vos, Guillemo. Esto lo estamos escribiendo juntos.
   De nuevo a los mingitorios. Asomando del sanitario, media cabeza y un ojo. Alimaña descarnada de la noche. Gollum urbano.
   Meo.
   —Perdón, eh… —dice levantando la mano en son de paz.
   El mismo diálogo de la última vez. Estoy pensando que es un muñeco con cuatro botones en la panza —¿Tenés hora?, ¿Te conozco?, Perdón y ¿Le tenés miedo a esto?— cuando me sorprende con una nueva línea.
   —Si querés, me das una patada en los huevos y listo, eh…
   Vaya que eres un enfermito, muchacho…
   Río.
   Me lavo las manos. Me alejo. Vuelvo a escuchar su voz.
   —¿Te parece grande?
   Ahora la encuesta es otra.

8 comentarios:

  1. No sera solo un reflejo de vos mismo descarnado en otra esfera?

    ResponderEliminar
  2. hola! primera vez q paso por aca. Buen blog. Mi duda: Estas historias son verídicas?

    ResponderEliminar
  3. No insistas, no lo provoques, puede que te siga... no es el mismo de hace 12 años.

    ResponderEliminar
  4. En cuanto a tu comentario en mi blog, soy muy cambiante, tal cual mi blog. Odio ser bipolar, pero es tan genial! :D

    ResponderEliminar
  5. Juan Pérez: Tal vez solo sea un reflejo del espejo que hay al fondo del baño del Tren de la Costa.

    Sole LC: Bienvenida a mi blog. Me alegro de que te guste.
    Sí, las historias son verídicas. Salvo lo que esté etiquetado como cuento. Yo, aparte de vivirlas, sólo les di un formato literario.
    Saludos y gracias por pasar.

    Señor Potoca: Yo tampoco soy el mismo que hace doce años. Que él no me proveque a mí. Hoy día soy capaz de morderle el muslo a un tiranosaurio (¿vivo?, pregunta Susana) y no soltarlo hasta arrancarle un pedazo.
    JAJAJAJAJAJA...
    ¿No doy miedo?

    H A R R Y G O A Z: Yo también. Sospecho que son las únicas dos palabras que entendiste de todo el texto, a pesar de que vives en México. En un rato, me voy a sacar la duda.
    Saludos y gracias por pasar, individuo extraño.

    Karina: Mirá, no lo sé. Estas dos últimas veces, no se atrevió a mostrármela. No sacó la mitad del cuerpo de adentro del Sanitario. Y la primera vez, como pongo en la primera entrada en que aparece, me impactó más su mirada. Apenas si se la vi.
    Pero creo que la tiene más o menos como la mía. Normal.
    Abrazo y gracias por pasar.
    Me causó mucha gracia tu comentario.

    Ivana: ¿Tú dices?... Naaah, este tipo le debe haber mostrado la pija a medio partido de Vicente López...
    Hace mucho que no te veía por aquí. Un gusto.
    Abrazo y gracias por pasar.

    Cherrie: Eeehh, bueno... ¿Te felicito?
    Abrazo y gracias por pasar.

    ResponderEliminar